Las Animadoras de la Esperanza de nuestro colegio Santa Elena se hicieron presentes en el Encuentro de Oración de Punta de Tralca del 1 al 3 de Junio recién pasado.

Los jóvenes somos los protagonistas de nuestra Iglesia durante este año. Se nos ha encargado una bellísima tarea, la tarea más satisfactoria y enriquecedora para un católico, la tarea de ser misioneras de Cristo y su palabra. En este año de Misión Joven somos las encargadas de evangelizar a los jóvenes más alejados de nuestra Iglesia, las encargadas de dar testimonio de nuestra fe, de nuestro amor por Cristo y de nuestra felicidad de ser parte de esta misión.

Es por eso que como pastoral del colegio, hemos dado el puntapié inicial asistiendo al  “Encuentro de oración para los animadores de la esperanza” organizado por la Vicaría de la Esperanza Joven, realizado el pasado 1, 2 y 3 de junio en Punta de Tralca. Donde hemos sido invitadas a  vivir la presencia de Dios y llevar a cada persona la vida abundante que Él nos regala “Para que los jóvenes tengan en Cristo vida abundante”. Este es el llamado que la Iglesia nos hace, donde Jesús nos invita a permanecer en su amor de la misma forma que Él permanecerá en nosotras.

Como animadoras de la esperanza hemos sido llamadas a la misión, a animar la esperanza de los jóvenes a través de la labor pastoral en nuestro colegio, donde estamos ansiosas y esperanzadas de implantar e impulsar la misión joven con los conocimientos adquiridos en el encuentro de oración, el que resultó provechoso y totalmente renovador para nuestra fe como católicas. Es en él donde nos hemos comprometido a hacer de nuestra pastoral un ente de nuestro colegio más activo y comprometido con la labor solidaria y de evangelización.

Estoy feliz de la tremenda acogida en Punta Tralca, de los frutos surgidos ahí y de la alegría renovadora que queda en mí después de mi participación en el encuentro.
Encontrarse con Cristo, su Evangelio, meditar sobre la misión como una actitud concreta y permanente en nuestras vidas, acercarse a Dios, ver la realidad, ser conciente de que mis ideas y  mis acciones pueden transformar al mundo de hoy si acepto la invitación que Cristo me hace.

Mis compañeras y yo, como animadoras de la esperanza, somos fundamentales en la transformación de la Iglesia y la sociedad, es por eso que invitamos a todas las alumnas de nuestro colegio Santa Elena a participar junto a nosotras en este año de misión, porque  ¡¡¡la Iglesia la construimos juntas!!!