El 8 de agosto, las estudiantes del Segundo Año Medio vivieron una jornada de profundo significado a través de la Ruta Santa Elena, acompañadas por su profesor jefe, Dante Barnao. Este día no solo se trató de una actividad, sino de un acto de amor y solidaridad. Las estudiantes se sumergieron en una experiencia que trascendió la rutina escolar y les permitió conectar con la comunidad de una manera especial. La construcción de lazos afectivos se hizo evidente a medida que prepararon un desayuno para las personas de la Tercera Edad en situación de alta vulnerabilidad, lo que demostró su perseverancia y compromiso con el bienestar de los demás. El profesor Dante Barnao indica ante esta significativa jornada “La actividad resultó muy grata para las niñas, se involucraron mucho. Prepararon todo. Al compartir, se les hizo corto el tiempo. Destaco la participación y el compromiso”.
La espiritualidad de Santa Elena estuvo presente en cada gesto y acción de las estudiantes, mujeres líderes de nuestra comunidad, quienes encontraron en esta experiencia un sentido comunitario profundo. Su participación activa en la Parroquia San Saturnino no solo se limitó a servir el desayuno, sino que también compartieron momentos de alegría y juego con los asistentes. La estudiante Indhra Schuller comenta “Me pareció una buena actividad ya que, a diferencia del año pasado, fuimos nosotras quienes interactuaron con los abuelos y abuelas, lo que nos permitió conocer sus distintas personalidades y circunstancias de vida. Lo que más destaco de esta actividad es que nos permitió pasar un buen tiempo con los abuelos y entretenernos con ellos.”
Este encuentro fortaleció la confianza en sí mismas y en la comunidad, fomentando un aprendizaje enriquecedor y dejando a las estudiantes con un sentimiento de plenitud. El respeto mutuo que se manifestó durante toda la jornada subraya la importancia de estos actos de amor y solidaridad en la formación de ciudadanos comprometidos con el bienestar de otros y con una visión más amplia de la comunidad.
En resumen, la jornada Ruta Santa Elena del 8 de agosto fue una experiencia transformadora que combinó la espiritualidad de Santa Elena con la construcción de la comunidad y el servicio desinteresado. Las estudiantes demostraron su amor, perseverancia y alegría al acompañar a las personas de la Tercera Edad en su momento de necesidad. Esta experiencia no solo enriqueció su aprendizaje, sino que también fortaleció su sentido de comunidad, confianza y respeto mutuo. Estas lecciones de amor y solidaridad perdurarán en el corazón de las estudiantes, recordándoles la importancia de dar y servir a los demás en su camino hacia la plenitud espiritual y la construcción de una sociedad más compasiva.